domingo, 7 de diciembre de 2003

Cartas de Navidad

Imagen de Monika Grafik en Pixabay 

Querido Niño Dios: Hace muchos, muchos años no te escribía. Lo hago porque estoy francamente confundido… ¿Cómo es posible que, hoy por hoy, Papá Noel, goce de mayor popularidad que tú? Al menos eso es lo que se nota en Cartago que luce llena de sus imágenes. Algunas hasta menean sus colas. Sus tamaños son tan diversos, que cerca de la Clínica del Norte, por ejemplo, me encuentro a diario con uno gigantesco, al que mis hijos saludan con toda efusividad. Para restarle importancia, porque de hecho estoy a tu favor, les conté que iba a escribirte, pero me ignoraron por completo… En realidad, estoy por pensar, que Papá Noel es una especie de espía gringo que lo único que quiere regalarnos es el peligroso TLC. ¿Qué clase de años nos esperan? Algunos hasta aseguran que el rojo de su vestido se debe a supuestos afectos por el América. En venganza, ayer bajé una de sus imágenes de la repisa de mi cuarto, lo encerré en una caja y lo devolví a su legítimo dueño, un pequeño niño abusivo y peleón que vive en una enorme casita blanca en Washington, al que le dicen George W. Espero haber actuado bien. Cordialmente, ÁPG.

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Querido APG: Supe que le escribiste una carta al Niño Dios. Primero, quiero aclararte que no tengo nada que ver con el TLC y no soy gringo, aunque sí son ellos quienes me han hecho famoso, como a todas sus estrellas. Llegué a Estados Unidos procedente de Holanda, pero mis orígenes se encuentran en Europa. Segundo, aunque soy un gordo jovial, de barba blanca y vestido rojo, no tengo nada que ver con el Ámérica, cosa que seguramente te dará tranquilidad, porque me han contado que eres hincha del Cali. No meneo la cola, pero sí viajo en trineo; bajo por las chimeneas de los que tienen chimeneas: por eso jamás te he podido dar nada, además, creo que no lo mereces. En mi juventud fui famoso por dar regalos a los pobres, fui obispo de Myra, en el Asia Menor y mi verdadero nombre es San Nicolás aunque también me conocen como Sankt Nikolaus, en Alemania y Sanct Herr Nicholaas o Sinter Klaas (Santa Claus) en Holanda Mis seguidores tuvieron que promover mi imagen como dador de regalos, para sacar de circulación a varios paganos como la bruja Befana y los ancianos Berchta y Knecht Ruprecht. Cuando no tenía renos cabalgaba por el cielo en un caballo repartiendo regalos. Me vestía como un obispo y a veces iba acompañado por el adorable Black Peter, un elfo cuyo trabajo consistía en azotar a los niños malos… lástima que los derechos del niño hayan impedido su compañía. Finalmente quiero decirte que soy uno de los santos más populares de la cristiandad. Soy el Santo Patrón de Rusia y Grecia, y de los niños, los marineros, los investigadores o eruditos, los prestamistas y, en la edad media, hasta de los ladrones. Y tercero, quiero decirte que la competencia contra el Niño Dios por ser quien reparte los regalos en navidad, surgió porque en un principio, era en mi día en el que se recibían los regalos, el 6 de diciembre, que fue abolido en la Reforma por los protestantes alemanes quienes dieron más importancia al Christkindl (Niño Jesús) como donante de regalos el día de su fiesta, el 25 de diciembre. Para mi beneficio e irónicamente, el término Christkindl ha evolucionado hasta convertirse en Kriss Kringle, otro de mis apodos. Espero con esto que te hayas salido en parte de tu cruda ignorancia. Cordialmente, Papá Noel.

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Querido APG: Recibí tu carta. En realidad no estoy en competencia contra Papá Noel, pero sí me asalta una enorme preocupación: algunos me creen sin vida, entre otras cosas porque ayer, las mujeres de una extraña religión, con sus rostros apesadumbrados y en lúgubre procesión, llevaban mi corazón en andas. Nadie puede vivir sin corazón, pero muchos se han creído dueños de él haciendo del tema todo un gran debate que solo genera líos. El verdadero problema se encuentra en el corazón, pero en el de ustedes, que sólo me recuerdan, en mi imagen infantil, para pedirme miles de regalos. Solo quiero decirles que esperen mi visita, pero no con los bienes materiales que anhelan: con la verdadera riqueza del Espíritu. Si así lo desean, espérenme el 24 a las 12:00 en punto o, en su defecto, en el momento que lo deseen: siempre estaré dispuesto. Con cariño, Jesús.


Álvaro Posse