lunes, 29 de mayo de 2006

Hoy, Cartago Hoy



HOY, CARTAGO HOY

Por: Álvaro Posse Guzmán

En nuestra sociedad moderna, la ausencia de información es inconcebible. El desarrollo tecnológico ha alcanzado avances significativos, que llevados a los medios de comunicación, proveen de información de todo tipo, a la casi totalidad de los lugares del planeta, dentro de los que, obviamente, se incluye a la ciudad de Cartago y al Norte del Departamento del Valle del Cauca. De todos los medios de comunicación masivos existentes, la Radio tiene los privilegios de la inmediatez, la Televisión posee las virtudes de la imagen y el Internet goza, de la buena, para unos, y de la mala, para otros, pluridiversidad. Pero ninguno de los tres anteriores promete la reflexión cuidadosa de los medios escritos, principalmente de las publicaciones periódicas, que en el caso de nuestro contexto, el Semanario Cartago Hoy, se constituye como el ejemplo inmediato y referente principal, que registra con sus primeros cinco años de existencia, los últimos cinco años de la historia de la región.

Para dimensionar la importancia de la prensa escrita en Cartago, sería conducente hacer un rápido recorrido por la historia de los medios escritos en el mundo, ya que la exigencia de conocer y de comunicar los sucesos es tan importante y tan antigua como el hombre mismo: Tal vez, el primer periódico pueda encontrarse en Roma en el acta diurna, que era el boletín oficial del Imperio romano, aunque la primera publicación, bajo la concepción moderna, impreso y de circulación semanal como Cartago Hoy, y que surgió en Alemania, en Stuttgart, en 1609, fue el Aviso-Relation der Zeitung.

En Colombia, el nacimiento de la prensa estuvo relacionado de forma estrecha con la política, que veía en este medio la mejor forma de expresión de sus ideologías. Así, las primeras publicaciones en nuestra nación fueron: La Gaceta de Santafé (1785), el Papel periódico de la ciudad de Santafé (1791) y el Semanario del Nuevo Reino de Granada (1808), entre otras. En la actualidad los cuatro periódicos más importantes son: El Espectador, por su historia, El Tiempo, El Colombiano y El País, éste último, la casa editorial del Semanario Cartago Hoy.

Dicho lo anterior, el pertenecer a uno de los cuatro periódicos más importantes, poseer una sede en la ciudad, tener una periodicidad ininterrumpida, contar con los canales de distribución mejor diseñados, observar la diversidad de temas que se tratan semana a semana y el ser testigo de los hechos locales para darlos a conocer con objetividad y profesionalismo, son sólo algunas de las bondades que han logrado la credibilidad que Cartago Hoy ha conseguido.

Así pues, al igual que en nuestra sociedad moderna, la ausencia de información es inconcebible, la ausencia de Cartago Hoy lo sería igualmente, porque se ha ganado un lugar privilegiado en la ciudad; en una Cartago que parece comenzar a surgir lentamente, hacia los lugares de privilegio que abandonó hace ya muchos años, en los días de nuestros tatarabuelos: Hoy, Cartago Hoy, hace presencia para registrar su retorno.  



Alvaro Posse

Artículo para el Semanario Cartago Hoy del Diario El País de Cali

sábado, 13 de mayo de 2006

Carta de fútbol para mi esposa


 Imagen de Pexels en Pixabay 

Quiero decirte, que estamos a unos pocos días del comienzo del Mundial de Fútbol, certamen este que es muy importante para mí y para otros miles de millones de personas sensatas alrededor del mundo. De hecho, El fútbol es una de las cosas más importantes de la vida, aunque muchos digan, de dientes para afuera, lo contrario. Si así no lo fuera, no hubieran llorado en 1962 nuestros abuelos con el 4-4 de Colombia ante Rusia en Chile, ni nosotros con el 1-1 frente a Alemania en 1990 en Italia 90 o con el 5-0 ante Argentina en Buenos Aires en 1993

Así que, a partir del inicio del Mundial, te invito a que, por tu propia iniciativa comiences a leer la sección deportiva de El País. Si no lo haces, no te extrañes de no tener nada de qué hablar conmigo… ¿Entiendes? Podríamos no hablar. Igualmente, te recomiendo NO usar el televisor grande, para absolutamente ningún programa diferente a los íntimamente relacionados con el Mundial de Fútbol, que serán seleccionados y sintonizados por mí, y por nadie más: no te acerques al control remoto, no lo toques, no lo mires; será mío y punto.

No sobra recomendarte, que si se te ocurre pasar frente al televisor durante un partido, porque no existe absolutamente ninguna otra alternativa, debes hacerlo en silencio, reptando y sin distraerme. Recuerda que para cosas fuera del fútbol soy sordo, ciego y paralítico: esto último significa que no abriré la puerta, no contestaré el teléfono, no llevaré a los niños a ninguna parte, ni siquiera al baño, no te ayudaré con el computador ni con tus trabajos de la Universidad… Olvídate de los platos: ¡no los lavaré! Y deja ya esa cara de ternero degollado… ¿qué pueden pensar Los Patos y los demás amigos cuándo vengan a ver los partidos? No te pongas triste, el televisor podría estar desocupado entre las 12 de la noche y las seis de la mañana.

Y muy importante: Por favor, si me ves como bravo, relativamente bravo, entre bravo y furioso, o furioso porque uno de los equipos latinoamericanos va perdiendo, no me vayas a decir cosas como: “Ay mijo, no es para tanto, eso es sólo un partido de fútbol" ¿Sólo un partido de fútbol? Por Dios, date cuenta: ¡Es el Mundial!

Ahora bien, si definitivamente no puedes vivir sin mí, como tantas veces me lo has dicho y para que veas lo querido que soy contigo, podrás sentarte a mi lado a ver los partidos… Sí, en serio, puedes hacerlo. Lo único que te pido es que finjas saber de fútbol: no comiences a peguntarme: “¿Y esos por qué corren detrás del balón?” “¿Y le pegan patadas a la pelota?” “¿Y el gol es cuando entra el balón?” “¿Y por qué hubo fuera de lugar?” “¿Y nadie le ayuda a tapar el penalti al arquero?”, etc.

Para finalizar, te tengo la mejor de las noticias: te aseguro que mis manifestaciones de afecto no se perderán por culpa del Mundial. Te prometo, que si ves los partidos conmigo, cada que haya Gol de un equipo latinoamericano, te abrazaré, tan fuerte como nunca… Así te comenzarás a enterar de las bondades del fútbol.  


Álvaro Posse