Imagen de Alexa en Pixabay
En aquellos días se dijo:
"Nada es mío, nada me pertenece. Nacemos sin nada, partimos sin ello.
Sin embargo, nos hacemos mayordomos de las titulaciones que nos otorga nuestra
habilidad, nuestro trabajo. Y así, validamos su uso y usufructo, como si fuera
propiedad privada.
La paradoja es que, cuando alguien, con sus actitudes llega y te dice: “Nada es tuyo, nada te pertenece, lo tomo, lo uso, lo usufructo y no importa, se despoja de la mayordomía, del uso, del usufructo y se invade la privacidad…
Conclusión: Lástima que lastima lástima.
Álvaro Posse