sábado, 13 de mayo de 2006

Carta de fútbol para mi esposa


 Imagen de Pexels en Pixabay 

Quiero decirte, que estamos a unos pocos días del comienzo del Mundial de Fútbol, certamen este que es muy importante para mí y para otros miles de millones de personas sensatas alrededor del mundo. De hecho, El fútbol es una de las cosas más importantes de la vida, aunque muchos digan, de dientes para afuera, lo contrario. Si así no lo fuera, no hubieran llorado en 1962 nuestros abuelos con el 4-4 de Colombia ante Rusia en Chile, ni nosotros con el 1-1 frente a Alemania en 1990 en Italia 90 o con el 5-0 ante Argentina en Buenos Aires en 1993

Así que, a partir del inicio del Mundial, te invito a que, por tu propia iniciativa comiences a leer la sección deportiva de El País. Si no lo haces, no te extrañes de no tener nada de qué hablar conmigo… ¿Entiendes? Podríamos no hablar. Igualmente, te recomiendo NO usar el televisor grande, para absolutamente ningún programa diferente a los íntimamente relacionados con el Mundial de Fútbol, que serán seleccionados y sintonizados por mí, y por nadie más: no te acerques al control remoto, no lo toques, no lo mires; será mío y punto.

No sobra recomendarte, que si se te ocurre pasar frente al televisor durante un partido, porque no existe absolutamente ninguna otra alternativa, debes hacerlo en silencio, reptando y sin distraerme. Recuerda que para cosas fuera del fútbol soy sordo, ciego y paralítico: esto último significa que no abriré la puerta, no contestaré el teléfono, no llevaré a los niños a ninguna parte, ni siquiera al baño, no te ayudaré con el computador ni con tus trabajos de la Universidad… Olvídate de los platos: ¡no los lavaré! Y deja ya esa cara de ternero degollado… ¿qué pueden pensar Los Patos y los demás amigos cuándo vengan a ver los partidos? No te pongas triste, el televisor podría estar desocupado entre las 12 de la noche y las seis de la mañana.

Y muy importante: Por favor, si me ves como bravo, relativamente bravo, entre bravo y furioso, o furioso porque uno de los equipos latinoamericanos va perdiendo, no me vayas a decir cosas como: “Ay mijo, no es para tanto, eso es sólo un partido de fútbol" ¿Sólo un partido de fútbol? Por Dios, date cuenta: ¡Es el Mundial!

Ahora bien, si definitivamente no puedes vivir sin mí, como tantas veces me lo has dicho y para que veas lo querido que soy contigo, podrás sentarte a mi lado a ver los partidos… Sí, en serio, puedes hacerlo. Lo único que te pido es que finjas saber de fútbol: no comiences a peguntarme: “¿Y esos por qué corren detrás del balón?” “¿Y le pegan patadas a la pelota?” “¿Y el gol es cuando entra el balón?” “¿Y por qué hubo fuera de lugar?” “¿Y nadie le ayuda a tapar el penalti al arquero?”, etc.

Para finalizar, te tengo la mejor de las noticias: te aseguro que mis manifestaciones de afecto no se perderán por culpa del Mundial. Te prometo, que si ves los partidos conmigo, cada que haya Gol de un equipo latinoamericano, te abrazaré, tan fuerte como nunca… Así te comenzarás a enterar de las bondades del fútbol.  


Álvaro Posse