Veo, Miro y Observo lo que veo y miro cuando observo los testigos y las cosas de lo que sí es. También Miro, Observo y Veo lo que miro y observo cuando veo los testigos y las cosas de lo que sí es. Además Observo, veo y miro lo que observo y veo cuando miro los testigos y las cosas de lo que sí es.
Y he visto tantas cosas que he mirado con tan solo observarlas, y he mirado tantas cosas que he observado con tan solo verlas, y he observado tantas cosas que he visto con tan solo mirarlas, que cuando veo, miro, observo y vuelvo a ver lo que he mirado cuando miro, observo, veo y vuelvo a mirar lo que he observado cuando observo, veo, miro y vuelvo a observar lo que he visto, hay claridad.
Pero los hijos de la sospecha aprovechándose de los errores de la dimensión terrena, con su prestada autoridad, conjuran: -Tu verás tantas cosas que te diremos “hemos mirado con tan solo observarlas”, y mirarás tantas cosas que te diremos “hemos observado con tan solo verlas”, y observarás tantas cosas que te diremos “hemos visto con tan solo mirarlas”, que cuando veas, mires, observes y vuelvas a ver lo que supuestamente hayas mirado; que cuando mires, observes, veas y vuelvas a mirar lo que supuestamente hayas observado; cuando observes, veas, mires y vuelvas a observar lo que supuestamente hayas visto, habrá oscuridad con certidumbre empantanada de pseudoclaridad.
-
¿Por qué has
dudado?
–pregunta Salomón a la humanidad.
-
Me han caído las
sucias esquirlas del mundano saber –respondió el hombre moderno.
-
¡Límpiate ya!
Álvaro Posse